Save the Library!

Because I am a mother with two kids who use the library frequently, I know how many people in Richmond rely on the library. It’s not just a place to borrow books. Public libraries provide homework help for kids, internet access for people who don’t have computers, ESL training for immigrants, and GED preparation for those who did not complete high school.

That’s why it was very troubling to me that, a few months ago, the city was considering closing our public libraries to make up for a budget shortfall. Libraries are one of the few public spaces for our community. The idea of cutting libraries sends a message that we do not deserve better, and that services for youth are not important. 

So I was proud to stand with our librarians to defend this vital service. We organized letters, spoke out at City Council meetings, and held rallies. On June 30th, thanks in part to our community activism, our library funding stayed steady at just under $7 million. Unfortunately, the City Council also maintained a $78 million budget for police. 

I am proud to be running for City Council with people like Councilmember Melvin Willis (District 1), who voted his values, and sought to protect city services and service workers who are essential for the city. Both Melvin and I believe our city’s spending priorities need to shift away from policing -- which takes up 40 percent of our budget -- and instead devote more funds into services such as the library, youth programs, housing, and other essential priorities.

Together, we can promote a new vision for security, stability and safety in Richmond, one in which everyone thrives and belongs.


Como madre de dos niños que usan frecuentemente la biblioteca, veo como mucha gente en Richmond depende de ésta. No es solamente un lugar para sacar libros prestados. Las bibliotecas públicas ofrecen ayuda con la tarea a los niños, acceso al internet a la gente sin computadoras, instrucción de inglés como segundo idioma a los inmigrantes, y preparación para el examen de equivalencia a aquellos que no lograron terminar la escuela preparatoria. 

Por eso me preocupó grandemente que tan sólo unos meses atrás la ciudad estuvo considerando cerrar nuestras bibliotecas públicas para hacerle frente a una reducción en los ingresos de la ciudad. Las bibliotecas son uno de los pocos espacios públicos que quedan en nuestra comunidad. La idea de reducir las bibliotecas envía un mensaje de que nosotros no merecemos algo mejor, ni que los servicios para la juventud son importantes. 

Por eso me enorgulleció defender este servicio tan crucial al lado de nuestras y nuestros bibliotecarios. Organizamos una campaña de cartas, hablamos en las reuniones del Concejo Municipal, y protestamos. El 30 de junio, en parte gracias a nuestro activismo comunitario, el presupuesto de nuestras bibliotecas se mantuvo fijo, en poco menos de $7 millones. Desafortunadamente, el Concejo Municipal también preservó el presupuesto de $78 millones para la policía. 

Me siento orgullosa de postularme como candidata para el Concejo Municipal junto a personas como Melvin Willis (distrito 1), quien votó siguiendo sus valores, e impulsó la protección de servicios municipales y trabajadores de servicios esenciales para la ciudad. Tanto Melvin como yo creemos que las prioridades de los gastos de nuestra ciudad deben alejarse de el énfasis en la policía –en donde se usa el 40% de nuestro presupuesto—y enfocarse más en dedicar más fondos a servicios tales como las bibliotecas, programas para la juventud, vivienda y otras prioridades esenciales. 

Juntos podremos promover una nueva visión de seguridad y estabilidad en Richmond, una en donde todos y todas podamos pertenecer y prosperar. ¡Por favor únase a nosotros!